Recordado Víctor:
El tiempo pasa pero las huellas permanecen. Por eso hay que sembrar actitudes, palabras y hechos que alienten, que hagan crecer y que contribuyan al desarrollo de la sensibilidad y la conciencia. Esa es la meta del arte, de la obra literaria, del pensamiento trascendente.
Me alegra saber que los conceptos y las motivaciones intelectuales y estéticas que compartía con mis estudiantes de la Escuela Normal Teodoro Henekén, de Licey al Medio, Santiago, han dejado huellas, como en tu caso, que tienes una vocación literaria a prueba de adversidades y contratiempos. No sé si recuerdas a José Enrique García, el gran narrador y poeta dominicano que formó parte del Grupo “Littera” en Licey. Es miembro de la Academia Dominicana de la Lengua y él, como otros, dan testimonio de que la “humana palabra”, tal nuestro lema en aquella época memorable, es la clave para potenciar la energía interior de la conciencia.
Que Dios te proteja e ilumine.
Afectos y saludos
BrunoRC
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